jueves, 16 de abril de 2015


Café, rosas y libros.

Fue la frase que endulzó su vida. Piensa  Alberto mientras rasgas su azucarillo y agita el café en ese bar que frecuenta.
Llegó como todas las tardes y sentándose en la mesa de la esquina, pide su café de costumbre junto a una buena copa de pacharán bien fría, como acompañamiento un vaso de tubo con agua del tiempo en el que hoy deposita una rosa junto un libro y su desgastado manuscrito que siempre lleva consigo.
Apenas hay dos o tres personas en ese bar que le conocen de toda la vida, un lugar tenue que hace de los momentos, conversaciones donde la gente habla en casi un silencio moderado que se rompe con los sonidos de una música ambiental bastante agradable.
     ¡Vicente! Serias tan amable de poner el disco de Maná— Dirigiéndose al camarero se dispuso a crear el ambiente que tantas veces había compartido.
     Claro, no hay problema, hoy tenemos poca clientela y creo que no les importará, hay cosas que no cambian con el tiempo. Por mucho que pase, no me olvido del día que es hoy cada vez que te veo entrar por la puerta con esa rosa. —le contestó  de una manera amable mientras secaba unos vasos detrás de la barra.
Alberto abriendo el manuscrito se disponía a escribir frente aquella silla ocupada por la imagen casi inapreciable de unos ojos que le miraban sin parpadear sacada de su recuerdo.
Vine a buscar tus besos
En las frases de los sobres.
Hallar en el silencio
Tu voz;
Relato de los libros, ausente pasado
Acercando tú presencia con el aroma de esa rosa.
Sentada frente a mí
En la misma silla del bar de nuestro encuentro
El que un día escuchó nuestro futuro
Hoy, evaporado por el humo de esta taza de café
Endulzado por el paso de momentos alegres.
 Sobres vacíos, impresas frases hechas
Que perduran en mi mente
Creando la historia más hermosa de mi vida.
“..Te fuiste, sin dejarme las señas donde mandarte esa rosa que te regalaba en este día de primavera.
No sé qué hacer con el libro que tantos momentos llenaban tus ratos de lectura y que siempre me recordabas días antes para buscar en librerías.
Hoy añorando el relato salido de tu voz, solo me queda enviarte una de las canciones que tanto compartimos, para cuando la escuches te sientas cerca de mí y celebremos un año más este día de libros y rosas......Feliz día del libro mi amor”

Terminó de tomarse la copa de pacharán de un trago y como de costumbre, Alberto Salió del bar despidiéndose con el brazo del camarero, retomando su vida mientras una lágrima bailaba la música de fondo en su rostro sin mediar palabra alguna.

Vicente se acercó a la mesa, cogió el libro,  guardando entre sus páginas la rosa y ese sobre de azúcar vacío. Se dirigió  a una pequeña estantería donde lo colocó con el resto junto a una fotografía de su hermana .Al lado encendió una vela que perfumaba el ambiente con aroma a jazmines, la flor preferida de ella y prosiguió su faena en silencio como un día más.


José Ramón Peces                                         
  ® Reservado todos los derechos de su autor.

jueves, 9 de abril de 2015

Biografias



  El ser humano es fantástico y el lenguaje no verbal algo sorprendente que puede llevarte a pensar muchas incógnitas de la persona, quizás el verso reflejo de una biografía.